domingo, 9 de octubre de 2011

Impotencia.

Me he caido. He vuelto a tropezar con la misma piedra que lleva toda mi vida estancada en mi camino, la misma piedra que siempre me hace caer. Normalmente siempre me levanto, vuelvo a comenzar desde cero y consigo saltar esa piedra que se interpone en mi camino. Pero ahora es diferente. La caida ha sido brutal. Mis rodillas estan magulladas, llenas de heridas rojas de sangre que no parecen curarse nunca. Mi cuerpo se ha quedado sin fuerzas, mis brazos son incapaces de levantar mi propio cuerpo. La impotencia hace que las lagrimas conquisten mis ojos, llenandolas de sufrimiento que van dejando un amargo camino por mis mejillas.
Nunca habia experimentado esto antes, nunca habia saboreado el poder de la impotencia, un sabor amargo que te llena la garganta y no te puedes deshacer de el.
Pero, ¿Conseguire levantarme esta vez?

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